Sunday 17 April 2016

NO SPAIN NO

España se construye desde la injusticia, su mantenimiento y supuesta unidad es solo una falacia conveniente por la que han pagado un precio horrible los territorios que su existencia ha asimilado forzosamente. Su Bandera, muestra la sangre y el sufrimiento que su historia contiene.
España como concepto falla y se estrella contra una realidad que clama justicia.
Su fracaso aún no se ha explicado, pero está a la vista en lo que se pretende ocultar y denegar.
Este lugar online, está dedicado para contener material que pueda servirle a estudiosos y detectives salvages varios.

Ni los nazis ni los fascistas: Texaco fue el aliado crucial de Franco en la Guerra Civil

LA OLVIDADA HISTORIA DE TORKILD RIEBER
Ni los nazis ni los fascistas: Texaco fue el aliado crucial de Franco en la Guerra Civil
Cuando los Junkers Ju 52 de Hitler bombardearon Madrid nadie se preguntó de donde sacaban el combustible, pero esta fue una de las claves de la victoria franquista
A la izquierda, Torkild Rieber. A la derecha, Francisco Franco. Como uña y carne.
MIGUEL AYUSO


TAGS
HISTORIA
GUERRA CIVIL
PETRÓLEO
NAZISMO
HISTORIA DE ESPAÑA
FRANCISCO FRANCO
TIEMPO DE LECTURA9 min
24.03.2016 – 05:00 H. - ACTUALIZADO: 25.03.2016 - 09:59H.

Aunque se trata del conflicto que ha definido la historia de España en el último siglo, quizás por ignorancia –¿interesada en ocasiones?– seguimos desconociendo muchos detalles de nuestra Guerra Civil. Es común dar por hecho que los mayores aliados de Franco fueron la Alemania nazi y la Italia fascista, al igual que la Unión Soviética ofreció ayuda a la Segunda República, pero muy pocos saben que, en realidad, el mayor aliado internacional con el que contó Franco durante la contienda tenía su despacho a más de 5.500 kilómetros del Gobierno de Burgos: en el edificio Chrysler de Nueva York.

Como cuenta el historiador y periodista estadounidense Adam Hochschild en su nuevo libro 'Spain in Our Hearts: Americans in the Spanish Civil War, 1936–1939' (Houghton Mifflin Harcourt) –del que 'Salon' ha ofrecido un adelanto–, ninguno de los cientos de periodistas extranjeros que presenciaron los bombardeos de Madrid se preguntaron de dónde salía el combustible que utilizaban los Junkers Ju 52 que Hitler envió a Franco, habida cuenta que el Generalísimo no contaba en principio con ningún suministro de petróleo y Alemania e Italia eran países importadores. El bando sublevado contaba con el mejor aliado que podía tener: un empresario filofascista que dirigía una de las mayores petroleras del mundo.

No es personal, solo negocios

Torkild Rieber nació en Noruega, pero a los 15 años emigró a San Francisco. Durante años trabajó como marinero de cubierta en barcos que transportaban empleados contratados en Calcuta a las plantaciones de azúcar de las Indias Occidentales Británicas, y fue ascendiendo en el escalafón de las navieras. A los 22 años, tras sobrevivir a una reyerta a navajazos contra un colega borracho, logró la nacionalidad estadounidense y, en poco tiempo, se convirtió en el capitán de su propio petrolero.

“Piensa que a un autócrata sólo tienes que sobornarlo una vez. Con las democracias hay que seguir haciéndolo una y otra vez”

Su embarcación fue adquirida por la Texas Company, más conocida por el nombre de las gasolineras que la empresa tenía por todo Estados Unidos,Texaco. Probablemente, Rieber habría sido otro empleado más de la petrolera si no hubiera dado el braguetazo: se casó con la secretaria de su jefe, fue escalando en la compañía y, en 1935, justo en el gran momento de expansión de la empresa, fue nombrado CEO.


Decía Thomas Jefferson –al que cita Hochschild en su libro– que “los mercaderes no tienen país”, pues “el lugar en el que están no constituye un vínculo tan fuerte como el sitio del que obtienen sus ganancias”. Se tratas de una afirmación muy acertada, máxime en estos tiempos globalizados, pero resulta especialmente acertada para definir la actitud de Rieber a cargo de Texaco, una compañía que ya era famosa antes de su ascenso por ser la más descarada y agresiva de las petroleras.

Y, cuando se trata de hacer negocios, es mucho mejor tratar con dictaduras que con democracias. “Piensa que a un autócrata sólo tienes que sobornarlo una vez”, aseguró un amigo de Rieber sobre el empresario. “Con las democracias hay que seguir haciéndolo una y otra vez”.
Sí pasaran (mis petroleros)

En 1935, la República Española firmó un contrato con Texaco que convirtió a la compañía de Rieber en su principal suministrador de combustible. Pero pasado un año, cuando Franco dio su golpe de Estado, al empresario estadounidense no le importó en absoluto cambiar de bando.

“Sabiendo que los camiones militares, tanques y aviones no sólo necesitancombustible, sino una amplia gama de aceites de motor y otros lubricantes, el CEO de Texaco ordenó rápidamente a un petrolero de la empresa que cargara un suministro en el puerto francés de Burdeos y lo enviara a los nacionalistas, que estaban pasando por dificultades”, cuenta Hochschild. “Fue un gesto que Franco nunca olvidaría”.

“No os preocupéis por los pagos” fue la respuesta de Rieber cuando los sublevados le dijeron que iban justos de efectivo

En pleno inicio de la contienda, el empresario en persona viajó a Burgos para reunirse con Franco y aceptó cortar el suministro de petróleo a la República para apoyar sin reservas al bando nacional. La ayuda de Rieber fue fundamental en los primeros días de la guerra, y no sólo por su traición al orden democrático establecido, sino por darle a Franco todo lo que pedía sin esperar nada a cambio.

“No os preocupéis por los pagos”, fue la respuesta de Rieber cuando los sublevados le dijeron que iban justos de efectivo. Como reconoció más tarde un ejecutivo de Campsa –que desde 1927 era la compañía nacional que monopolizaba el suministro de petroleo–, “pagábamos lo que podíamos cuando podíamos”.
Una ayuda ilegal

Pese a que la Guerra Civil era portada casi a diario en los grandes periódicos estadounidenses de la época, nunca se hizo público que uno de los grandes empresarios de América estaba ayudando de forma descarada a los franquistas, incumpliendo por el camino la legislación sobre neutralidad del país.
Torkild Rieber fue portada de la revista 'Time' el 4 de mayo de 1936.

Las Leyes de Neutralidad de 1930 limitaban la acción de las empresas estadounidenses al comerciar con un país en guerra. En teoría, estaba prohibido que los petroleros de Texaco llevaran combustible a Franco (y el bando nacional carecía de este tipo de naves) y, además, era ilegal vender suministros a crédito (y el oro del Estado español estaba en manos republicanas).

No pasó mucho tiempo hasta que los funcionarios de aduanas estadounidenses se percataron de que los petroleros de Texaco estaban incumpliendo la ley:supuestamente, salían de la terminal de Texaco en Port Arthur (Texas) con dirección a Rotterdam o Ámsterdam, pero a mitad del camino, los capitanes cambiaban su rumbo y se dirigían a los puertos que controlaba Franco.

El FBI llegó a interrogar a Rieber, pero el presidente Franklin D. Roosevelt, que no quería participar de forma alguna en la Guerra Civil española, ni siquiera persiguiendo una violación tan evidente de la ley estadounidense, solucionó el asunto por lo bajini con un tirón de orejas. Texaco tuvo que pagar una multa de 22.000 dólares por extender crédito a un Gobierno en guerra, pero nada se hizo por detener el suministro de petróleo a los golpistas.

En años recientes, el historiador Guillem Martínez Molinos estudió los archivos de Campsa para conocer los entresijos del suministro de hidrocarburos durante la Guerra Civil y realizó otro descubrimiento: la compañía cobró a Franco solo por los hidrocarburos, no por su transporte, lo que ahorró al bando sublevado cientos de miles de dólares.
Un espía al servicio de Franco

Por si fuera poco, Texaco no sólo prestó ilegalmente petróleo a Franco, además trabajó como servicio de inteligencia para los sublevados. Como es sabido,Mussolini dispuso submarinos italianos en el Mediterráneo para impedir que los republicanos recibieran suministros de sus aliados. Y Franco, en cuanto pudo, hizo lo propio con su flota. Los nacionalistas fueron increíblemente eficaces al capturar o derribar los cargueros que llevaban combustible a la República, logrando que al menos 29 barcos no llegaran a su destino. Ahora sabemos la razón de tamaño éxito: Franco tenía acceso a la red de inteligencia marítima de la petrolera.

William M. Brewster coordinó todo un operativo de inteligencia que aportó a Franco hasta el último detalle del suministro de petroleo a la República

Rieber ordenó a la oficina de Texaco en París que recabara información sobre los petroleros que se dirigieran a puertos republicanos. El dirigente de ésta, William M. Brewster, coordinó todo un operativo de inteligencia que aportó a Franco hasta el último detalle del suministro de petroleo, incluida la cantidad y el tipo de fuel que transportaba cada embarcación y cuánto se había pagado por él. Y, siempre que se podía, se ofrecía información útil a los bombarderos y submarinos que pudieran atacar el objetivo.
Un camión cisterna de Campsa, la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos Sociedad Anónima, que se fundó en 1927.

Como cuenta Hochschild a modo de ejemplo, el 2 de julio de 1937 Brewster envió un telegrama al jefe de la Campsa franquista sobre el SS Campoamor, un petrolero republicano que un agente de Texaco había visto en Le Verdon, un puerto francés cercano a Burdeos. La tripulación había cubierto el nombre y el casco con una capa de pintura negra y se dirigía a Santander bajo bandera británica, donde debía entregar 10.000 toneladas de queroseno. Además, explicaba el telegrama, la tripulación solía descuidar el barco “casi todas las noches”. Cuatro días más tarde, cuando la mayor parte de los marineros estaban de fiesta en la playa, un pequeño destacamento franquista tomó la embarcación y la llevó a uno de los puertos de Franco.
España paga traidores

Al finalizar la contienda, España devolvió a la petrolera estadounidense todo el combustible prestado por valor de unos 20 millones de dóalres (unos 325 millones de hoy en día). Dado la inestimable ayuda que Rieber ofreció a Franco no es de extrañar que el CEO de Texaco se convirtiera en un VIP del régimen. El empresario fue condecorado con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, uno de los mayores honores que puede recibir en España un civil.

Tras finalizar la Guerra Civil española, Rieber continuó con su política exterior, ahora ayudando al Tercer Reich. Texaco estuvo vendiendo petróleo a los nazis incluso tras estallar la II Guerra Mundial. Rieber, de hecho, se reunió conHermann Göring tras la invasión de Polonia y visitó varias intalaciones militares de los nazis. Pero, logicamente, estas amistades peligrosas acabaron pasándole factura.


El empresario fue despedido de forma fulminante pero enseguida encontró trabajo: Franco le nombró jefe de compras de Campsa en América

En 1940 las autoridades estadounidenses descubrieron que varios de los alemanes que había contratado Rieber eran espías nazis que estaban usando la red de comunicación interna de Texaco para transmitir información a Berlín. El empresario fue despedido de forma fulminante pero enseguida encontró trabajo: Franco le nombró jefe de compras de Campsa en América. Tras este empleo fue alternando otros puestos directivos muy bien pagados en la industria y murió rico en 1968, con 86 años.

“El petróleo de Texaco ayudó a Franco a ganar la Guerra Civil española y así estar en posición de apoyar a los nazis en la gran guerra que llegó después”, concluye Hochschild. “Un incontable número de marineros americanos perdieron su vida en manos de los 21 U-boats alemanes que tenían su base en la costa atlántica española. 45.000 españoles se enrolaron voluntariamente en el ejército de Hitler y España supuso un flujo incesante de minerales que necesitaba la industria de guerra alemana”. Todo por no haber aplicado la legislación vigente ante tanaña corruptela empresarial.

Monday 4 April 2016

The Koiné Manifesto In favour of Catalan as the only official language in Catalonia

The Manifesto of the Koiné Group, signed on March 31st 2016, proposes Catalan as the only official language of the independent Republic of Catalonia and has opened a new debate in both Catalan and Spanish society about the role of Castilian Spanish and Catalan here in Catalonia.

The manifesto claims that Castilian is an alien language that has been imposed by the state and that bilingualism is an abnormal situation.
You can read the Full Manifesto in Catalan Here.

FOR A REAL PROCESS OF LINGUISTIC NORMALISATION IN INDEPENDENT CATALONIA


The undersigned, all language students, philologists, linguists, teachers, writers, translators, jurists and professionals in similar areas, believe that, considering the real situation of the Catalan language and bearing in mind the constituent process that will soon begin in Catalonia as a result of the democratic mandate expressed last September 27th,  they have an obligation to express what follows to the public.

WE AFFIRM:

1. That the Catalan language is the language of Catalonia, in the sense it is the indigenous language of the territory of Catalonia, where historically it has been formed and has evolved, and from where it extended to the Valencian Country and the Balearic Islands. It is the language that has always been spoken by the Catalan people.

2. That the Catalan language is not, however, in the normal situation of a territorial language in its own territory because, as a result of the annexation of the Principality of Catalonia by the Kingdom of Castile, Castilian, as the language of domination, coercively disputes this status of territorial language and has tried and continues trying to repressively displace Catalan from the areas of general linguistic use. This also happened in the Valencian Country from 1707, in Mallorca and Ibiza from 1715 and in Menorca from 1802. In the same way, French was imposed in the northern counties (now known as North Catalonia), following the annexation of this part of the Principality by the Kingdom of France in 1659.

3. We also affirm, as is often typical in processes of political and linguistic domination, the mechanism to achieve the implantation of Castilian in Catalonia has been and continues being the forced bilingualisation of the population. A process that took centuries and until 1939 was very precarious regarding the majority of the popular classes. However, the dictatorial regime of General Franco completed this process of forced bilingualisation through the political and legal repression of the use of Catalan, obligatory schooling and the extension of new media, all totally in Castilian, as well as the use of the arrival of immigration from Castilian-speaking territories as an involuntary instrument of linguistic colonisation.

4. We affirm that the constitutional regime of 1978 has reinforced the continuation of the political and legal imposition of Castilian in Catalonia. The legislation of the re-established Generalitat and the consequent linguistic policies have served to overcome this in certain areas and precariously halt the total minoritisation of Catalan at the hands of Francoism, but have not served to reverse the social norm of the use of Catalan being subordinated to Castilian, which conditions the daily use of the immense majority of speakers and takes us to an unfailing substitution of the language of the country for the language of the state.

5. We affirm that this process of substitution has been accelerating, so that the current situation of the Catalan language in the majority of areas of general use is extremely critical, to the point that at the present time, in Catalonia, it isn't the language chosen by any inhabitant to use to address someone they don't know. Neither is it the dominant language amongst the generations of the so-called "immersion". In the most populated areas, they know it but use it minimally. And, in parallel, the social marginalisation, the qualitative and structural degradation of the language has not stopped increasing and is on the way to making it a kind of dialect of Castilian.

WE DENOUNCE:

1. The profound abnormality that means that in Catalonia (and in all the countries where Catalan is spoken), the normal linguistic reality in a country with immigration appears to be in some way reversed. The language of immigration (but only Spanish) takes, to all effects, the role of default language, of language of the country, of national language, and on the contrary, the language of the country is becoming private to a closed community that is reducing and will end up disappearing as often happens with languages of immigration. This abnormality is distorted by the majority of surveys that are done.

2. We denounce the political ideology of the so-called "bilingualism" that, from the spheres of power, has innoculated all the Catalan population since 1978 to justify the legal regime established by the Constitution and the Statute of Autonomy making them believe that the coexistence of two languages in Catalonia, both of them supposedly with the same status of officiality and equality of rights, is something natural, positive, enriching and democratic. In reality, the bilinguistic ideology is nothing more than a way of hiding and legitimising the subordination of one language to another and the consequent process of linguistic substitution that Catalan society suffers. The slowness of this process encourages the mirage that social bilingualism can allow the success of a minoritised language and a balanced situation betwen the indigenous and alien languages.

3. We denounce the arguments of some political groups that, under the cover of bilinguistic ideology, propose that, in the future Catalan Republic, the linguistic abnormality continues being guaranteed and becomes the false normality of the republic.

WE STATE:

1. The urgency of becoming aware of the social problem that the linguistic breakdown created by Spanish domination constitutes for Catalan society, an awareness that is now missing for the majority of citizens and many political leaders. It is necessary that everyone understands that one of the main problems of state of the new republic, perhaps the most important one, will be the linguistic problem because it affects the very basis of social cohesion.

2. We state the necessity that this linguistic awareness informs the public debate of the constituent process and the constitutional consensus, if we don't want the new constitution to be a way of trapping us in a false linguistic problem, which impedes or even makes it impossible to solve by the only possible ways: a) the restoration of Catalan to the status of territorial language of Catalonia (and the same for Occitanian in the Vall d'Aran) b) the reversal of the practice of systematic and generalised subordination of the use of Catalan (or of Occitanian) to the use of Castilian and c) the progressive recovery of the genuine language.

3. Finally we state the necessity, as a result of becoming linguistically aware, of the creation of a broad citizen's movement for linguistic normalisation that counts on the maximum number of commitments to behaviour designed to overcome linguistic subordination; a movement that has to include everybody, whatever their origin and whatever their initial language might be.

4. We definitively state that we incorporate into the constituent process the will to make the Catalan language the integrating axis for all our citizens within a framework of the public acceptance of multilingualism as an individual and social asset, with all the necessary measures to guarantee that everybody feels recognised and included in the building of a normal country, which is also normal regarding its language.

Universitat de Barcelona, 31 de març de 2016