No es un caso aislado de impunidad criminal en nuestros “estados de derecho” occidentales. .......
Impunidad y una cínica carta de disculpas del cínico primer ministro “Tory” Blair, ese buen amigo de nuestro Aznar y nuestro X Glez.
En España el ametrallamiento con cinco muertos en Vitoria, el “desconocimiento” y ocultamiento aposta de quién fue la X del GAL, las carreras “impolutas” en democracia (¿?) de torturadores como Billy el Niño, Roberto Conessa, Ballesteros… la vergüenza nunca investigada en serio de la cloaca de Intxaurrondo, etc. etc.
Saquémonos la venda de una maldita vez. Las democracias, los estados llamados de derecho, en los casos en que se alega la Razón de Estado, matan, secuestran, torturan y desaparecen ciudadanos como si fueran dictaduras repugnantes y, encima, tienen un plus de impunidad extra y de tolerancia social y judicial. ¿Qué pretendo decir con esto? Que aunque las dictaduras, obviamente, son más masivas, cuantitativamente hablando, en cuanto al terrorismo de estado, cuando caen, es posible que muchos de sus crímenes sean juzgados y castigados. Por ejemplo, en Uruguay, Argentina y Chile, con retraso, pero algunos de los crímenes fueron llevados ante tribunales y se actuó en consecuencia. Así, el reciente fallecido jefe policial chileno Manuel Contreras fue juzgado y encarcelado por ordenar poner las bombas en los vehículos que mataron a los opositores Letelier y Prats.
Curioso e inquietante. Muy inquietante: Un general de la dictadura chilena juzgado y condenado por ordenar poner bombas con resultado de muerte pero….en contraposición, los gobernantes franceses “demócratas” que ordenaron poner las bombas a Greenpeace ni fueron juzgados, ni condenados, ni siquiera investigados seriamente.
¿Por qué? Solo hay una posible explicación, y es terrible. Al caer una dictadura, los gobiernos siguientes es posible que quieran juzgar los crímenes porque no se consideran ni continuadores, ni herederos, ni cercanos al anterior régimen (En España no, porque la dictadura no cayó, se auto-reformó). Sin embargo, en los crímenes de Estado de las democracias, el siguiente gobierno se siente parte y continuador de la herencia dejada en las cloacas de la Razón de Estado, aunque sea de tendencia política diferente al gobierno anterior.
Es también su Razón, es también su Estado. Y lo defiende contra la Razón, contra la Ley y contra los Derechos Humanos. Eso explica, por ejemplo en España, que Aznar, después de beneficiarse electoralmente del escándalo psoecialista del GAL, se apresuró a amnistiar o poner en la calle con absurdas excusas a los pocos pardillos de PSOE que estaban pagando mínimamente por sus delitos.
Hoy por ti, mañana por mí, nos tapamos nuestra mierda de las cloacas del Estado. Está claro que con un gobierno del PSOE, Aznar jamás será investigado en serio por muy terribles que sea lo que haya podido hacer en su época al mando. Favor con favor se paga.
Si alguien piensa que esto es cosa del pasado cercano, y que ya estamos libres de hechos de esta naturaleza, que fueron “errores” puntuales que no se repetirán, está en un peligroso error. Ahora el Estado y el Sistema están más nerviosos, enrabietados y agresivos que nunca. El caldo de cultivo perfecto para actuar fuera de toda norma de civilización, para defender el Estado y el Sistema a toda costa, si creen que el motivo es lo suficientemente importante como para justificarlo todo. Para empezar, ya tenemos en la cárcel a un opositor “político”, cuyo juicio e investigación apesta a montaje. El de Alfon, de la peña vallecana Los Bukaneros. La línea que divide la libertad de expresión frente a los “delitos de opinión” cada vez es más frágil. Y de ahí, a lo siguiente….
Estemos alerta, que pintan bastos.
Tomás Ramos
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