Tulio Riomesta 3:12 pm el 26 December, 2017
La MASACRE de LÉRIDA, la ciudad fue duramente castigada por un bombardeo aéreo fascista en 1937
No fueron los aviones de la Legión Condor, en 2011 el diario La Manyana publicaba un artículo de Antonio Ruiz Mostany y de Josep Pla, explicando con precisión y exactitud todos los datos de la misión, realizada por 9 aviones Savoia S.79 de las escuadrillas 289 y 280 del XXIX Grupo B.T.V. Aviación Legionaria italiana, que partieron de Soria y bombardearon la ciudad, marcada como objetivo alternativo porque el primer objetivo, una fábrica de productos químicos en la localidad tarraconense de Flix, no podía verse debido a una capa de nubes.
El 2 de noviembre de 1937 a las 15.40 horas las bombas convirtieron en pocos segundos la ciudad en un infierno, y sus calles en un campo sembrado de cadáveres. Los aviones dejaron caer los proyectiles en numerosos puntos del casco urbano, especialmente en los alrededores del Puente viejo, la Calle Mayor, el Mercado de San Luis, la sede local del Banco de España y el Liceo Escolar. El ataque provocó unos 250 muertos y alrededor de 750 heridos. Como ha señalado la historiadora Mercè Batallat citada por Solé i Sabaté y Villaroya: “..Si el bombardeo de Guernica los nazionales lo atribuyeron a los republicanos, este bombardeo de Lleida optaron por ignorarlo y hacer desaparecer las víctimas del registro..”
Las autoridades republicanas, ante el temor de que el bárbaro ataque levantara las iras de la población y se produjeran venganzas contra las personas consideradas de derechas, tomaron la decisión de lanzar varias proclamas por la radio para calmar los ánimos. Uno de los escogidos para hablar fue el comandante Sebastián Zamora Merino, que había perdido a una hija en el bombardeo y tenía otra que estaba malherida.
El Liceu Escolar fue alcanzado por las bombas; más de 60 alumnos de edades comprendidas entre los 9 y los 13 años quedaron sepultados bajo las ruinas. De una clase de 63 niños solo 2 sobrevivieron. “Las risas de los niños quedaron soterrada para siempre bajo los escombros y los ángeles de los niños también debieron caer muertos con las alas de plata hechas añicos” (Xandri, el titellaire, 1938). El Liceu Escolar de Lleida, había sido fundado en 1906 por Frederic Godàs y Victorina Vila y seguía el modelo de la Escuela Moderna de Ferrer i Guàrdia, supuso una muestra de modernidad en torno a un país y una ciudad obsoletas. Sus principios estaban basados en la igualdad, la libertad, la ayuda mutua, la cooperación y el saber compartir, aspectos que en la actualidad ya se marcan en las directrices de las escuelas.
Según los franquistas el Liceu Escolar era una fábrica de republicanos y catalanistas. “Rojos”, en su argot. Si aceptamos la peregrina teoría meteorológica, se tiene que aceptar también que el mando militar franquista decidió modificar el objetivo de ataque: de una fábrica a otra fábrica. La práctica del exterminio convertida en cultura, que alcanza el punto culminante de perverso simbolismo cuando los franquistas ocupan la ciudad (1938) y los falangistas que los acompañaban fusilan las lápidas del cementerio rotuladas en catalán. También las de las víctimas de la masacre del Liceu Escolar. Desde la Paeria se intenta inmortalizar el momento con una escultura en lo que fue la sede del Liceu, inaugurada en 2006 y que lleva por nombre Memòria, Dignitat i Vida.
Documentos originales: La Vanguardia (Xavi Francés). Búscame en el ciclo de la vida (Alfonso Camín). Wikipedia. El Nacional (Marc Pons). Roberto Plá. En Recuerdo de. Y la obra de Solé i Sabaté, Josep María; Villarroya, Joan (2003). España en llamas. La guerra civil desde el aire. p. 122. Imagen: Víctimas del bombardeo al Liceo escolar de Lleida, 2 de noviembre de 1937. Fotografía: Agustí Centelles