ARTE | Exposición
Franco, Franco, Franco
'El Generalísimo Francisco Franco todavía está muerto', proyección de Reuben Moss.
La plataforma de Artistas Antifascitas organiza un evento contra la figura del dictador una semana antes de que se resuelva el juicio de Eugenio Merino
E. Vasconcellos | Madrid
Actualizado viernes 05/07/2013 10:07 horas
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Febrero de 2012. El público se arremolina en una esquina de la galería ADN en ARCO para ver la instalación de la que todo el mundo habla: 'Always Franco', una obra de Eugenio Merino en la que una figura hiperrealista del dictador aparece dentro de una nevera de refrescos. Conservado en frío para la posteridad, "congelado en nuestro cerebro", decía, más actual que nunca debido a la ley de Memoria Histórica, a las causas abiertas del (por entonces) juez Baltasar Garzón y a la revisión del Diccionario Biográfico Español (que definía el franquismo como un régimen "autoritario, no totalitario").
Muchos se preguntaban cuánto tardarían en retirarla. Otros no se asombraron: sabían que el artista ya había creado polémica dos años atrás y en el mismo escenario con 'Stairway to heaven', una pieza que representaba a un rabino que rezaba sobre los hombros de un sacerdote, arrodillado a su vez sobre la espalda de un imán orando. La sorpresa llegó cuando la Fundación Francisco Franco se personó en IFEMA para documentar y denunciar el agravio después de pedir su retirada. "La obra genera odio y lesiona la dignidad de la persona", aseguró su vicepresidente ejecutivo, Jaime Alonso.
El Juzgado de Primera Instancia número 26 de Madrid admitió a trámite una demanda contra el artista, y el próximo 11 de julio dictará sentencia.La Fundación exige 18.000 euros de indemnización a Merino por "daños al honor"; Merino, a su vez, les acusa de amedrentar a los artistas y de conseguir que la dirección de ARCO le impidiese participar en la edición de 2013. Coincidiendo con la resolución del juicio, la plataforma de Artistas Antifascistas ha organizado unas jornadas contra Franco, "un evento para el escarnio público del dictador y por la defensa de la libertad de expresión", aseguran.
La cita reúne una colección de obras bajo un denominador común: el antifascismo y la mofa de "la triste figura" de Franco. En las jornadas participarán una veintena de creadores. Entre ellos, Carlos Garaicoa, Cuco Suárez, Francesc Torres, Santiago Sierra o el propio Eugenio Merino, que expondrá su obra 'Punching Franco', una escultura que emula un saco de boxeo con la cara del dictador. No se quedan atrás Jorge Galindo y Juan Pérez Agirregoikoa, que presentan dos pinturas en las que combinan la imagen de Franco con la de los genitales masculinos.
Libertad de expresión y "libertad de ofensa"
"Es difícil valorar un acto tan hostil contra la historia", asegura Jaime Alonso a EL MUNDO, "es una ofensa al pasado y al presente". El vicepresidente de la Fundación, que difunde "el conocimiento de Francisco Franco en sus dimensiones humana, política y militar", asegura que los miembros de la plataforma sólo pretenden "hacerse publicidad". "Y encima se hacen llamar artistas", agrega: "El arte debe tener un sentido ético y estético. No creo que Picasso necesitase decir que era comunista o antifranquista para ser reconocido".
La obra 'Always Franco'. | Afp
"Para los regímenes totalitarios el arte siempre ha sido un instrumento para la expresión de sus ideologías. Es normal que los descendientes del franquismo consideren el arte actual un 'No-Arte', y sólo quiere decir que algo estamos haciendo bien. Lo suyo es pura incultura", replica Eugenio Merino en un correo electrónico. "Estoy un poco cansado de considerar que es el creador el que ofende y no el público el que entiende el humor y la crítica como una ofensa. Para que el arte ofenda el espectador ha de ser ultraconservador y ultracatólico. Una persona racional no se ofende por el arte", añade.
Alonso anuncia que tiene intención de acudir a la exposición para recoger "más pruebas" y entregárselas a la juez del proceso "para que vea que la libertad de expresión no tiene nada que ver con la libertad de ofensa". "Si lo he hecho con uno no tengo problema en hacerlo con otros no-artistas. Lo que me apetece es plantar cara, y si creen que eso es arte, mando que hagan lo mismo con sus familiares o sus padres al día siguiente", continúa el vicepresidente.
Vuelve la pelota al tejado del artista. "Criticar, ridiculizar e ironizar sobre un dictador que causó un cuarto de millón de muertos no sólo es ejercitar la libertad de expresión, sino que es algo necesario y catártico", arguye. "El límite de la libertad de expresión está en crear una fundación para extender el 'pensamiento' y el 'legado' de un dictador; una situación que no se da en ningún otro país donde haya existido un régimen dictatorial. Y hasta hace unos años se ha hecho con el beneplácito del Gobierno, porque han estado recibiendo subvenciones públicas".
A la espera de una sentencia
El artista asegura que la 'gravedad' del asunto no reside tanto en la demanda de la Fundación como en otros dos gestos: el apoyo que les ha brindado el presidente de IFEMA, José María Álvarez del Manzano, y el silencio del director de ARCO, Carlos Urroz. "Lo tenía muy fácil para quedar bien con la comunidad artística, pero sinceramente, se la sudó".
Respecto a la sentencia del próximo 11 de julio, el portavoz de la Fundación asegura: "Espero que la juez valore las pruebas y se dé cuenta de que en una nación respetable no se puede permitir este tipo de chabacanerías". Si la sentencia fuese favorable, "sería ideal que sentase jurisprudencia", concluye Jaime Alonso. Merino no se arruga: "Yo voy a seguir haciendo lo que hago, aunque toda la producción se vaya a Estados Unidos, que es desde donde me la piden", contesta. Sin embargo, agrega, una sentencia condenatoria "sería la constatación de que existe la censura en España".
2010: The unfairness of the construction of Spain as Nation, since its early Catholic inception till its latest Fascist design, and its maintenance as a fiction of unity that does not exist and will never do, has cost the different territoires under its flag too much suffering. Spain as a concept is a failure and is still a place to be explained and to be redeemed from its pain.This is a place for memory recovered, for causes to be revised and for traumas to be processed.